Don Constantino Cafaro, allá por los años 40, comenzó brindando servicios de perforación de pozos para molinos y bombas de agua para los campos de la zona. Su actividad y temple signó a las generaciones que lo sucedieron en la vocación por el trabajo, el esfuerzo y el servicio a los demás.

Coco y Danilo, sus hijos, conformaron una sociedad que conjugó estos valores familiares con la visión de fortalecer la empresa con recursos humanos, herramientas y maquinarias que les dieran autonomía y les permitieran brindar un servicio integral y eficaz para resolver las necesidades de sus clientes. Llegaron a convertirse en los pioneros en el rubro de grúas autopropulsadas de la región.

El legado de estos hombres que constantemente se desafiaron a sí mismos, hoy está capitalizado y conducido por una tercera generación que persigue la profesionalización y perfeccionamiento de los procesos y procedimientos con el objetivo de estar a la altura de cualquier proyecto de ingeniería o alta complejidad que se pretenda desarrollar.